Por supuesto, es británica. No podía ser de otra manera. Kiki McDonough lleva en el negocio de la joyería desde hace más de 25 años, y las dos claves que le han hecho triunfar son, en primer lugar, su increíble combinación de colores, llena de luz y de vida, y en segundo lugar, un sentido de la elegancia único, que impide que ésta mezcla de tonalidades resulte excesiva. Sus diseños suponen un golpe de efecto, sin renunciar a la discreción, y por eso son el ojito derecho de Kate Middleton, sin olvidar a su hermana Pippa, que también es adicta a las creaciones de McDonough. Así luce la duquesa de Cambridge sus joyas:
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